13.1 REVELACIONES

Hace mucho que no escribía sin motivo "académico" aquí. No por ello deja de ser un buen motivo el de este escrito, claro. Y es que en ocasiones es necesario un respiro, o dos. 

No tengo idea, como nadie, de qué depare el futuro. Sinceramente me preocupa, no miento. Por ahora al menos no tengo mucho en que soñar, a la mar no puedo permitirme aspiraciones. Preocupa porque no hay costa divisible, ni más que lúgubres desechos y tumbas en las aguas. ¿Cómo he de pensar en la gloria de conquistar tierras que no sé si existen? 

Más que la gracia o el infortunio que encuentre en costa al desembarcar del lento viaje del tiempo en las arenas de lo eterno, preocupa lo que me acompaña abordo. Pues aún si en las paradisíacas islas del fin de los tiempos hubiera infinito pez y cocos para mantenernos satisfechos por otras mil eternidades, no es posible ignorar la presencia de los callados pecios de navegantes más valientes o estúpidos que nosotros, preocupan nuestros recursos, finitos, pues no puedo asegurar que nuestras raciones duren tanto como ahí llevan los restos de voluntades más intensas que la nuestra.

El viento parece soplar cada vez más lento, la tripulación se cansó ya de la tediosa estática de las aguas que parecen no llevar a ningún lado. Sin duda ha sido un viaje largo—, dicen mientras sacan el brazo inútilmente soñando con tocar las limosnas que flotan a estribor. No hay razón para dudar, pero tampoco para caer, pues tan lejos estamos del fin como de casa. ¿Cómo conservar la esperanza? A vista el mar no promete ni bien ni mal, sin tormentas ni costas. Será más mal que bien naufragar en tal calma, entre los restos de las batallas del sapiens y su ciencia contra el Infierno. No veo tres leguas delante mío. Sólo podemos permitirnos el cansancio. Con la cabeza más hueca que de costumbre ya sólo Dios sabe si estoy perdiendo la memoria, o quizá siempre ha estado vacía.



VERBA VOLANT SCRIPTA MANET

No hay descanso para los cartógrafos del alma, biógrafos del ser vivo más longevo de la creación, ¿o lo habrá? Si alma es mentes, cultura, un hombre, tal vez el fin es demasiado amplio. Dedicar la vida a una biografía es dibujar un mapa de la misma extensión que el territorio a cartografear, esto no sólo es absurdo, es imposible. Quizá seamos castigados. Y es que ¿será necesaria la exigencia? ¿Valdrá algo el esfuerzo? Son preguntas que queremos lanzar en deriva a las islas del Futuro no tan distante, pero que aún no están allí, claro; es lo que vuelve esa carga tan pesada. Preguntas tan complicadas de responder, y en plural, pues no es uno la Humanidad ni la filosofía. 

Siendo el Hombre uno, seguramente podríamos responder ahora, pero no soy solo yo, ni solos son ellos. Para ellos yo ofrezco un voto, un ciudadano, un cliente, un hijo, un amigo, un navegante, un auditor, un escritor o soñador a veces; una mente, ojos, cuerpo y alma —ahora como letras para el Gran Hombre que es uno por mero estilo, y por capricho no tendrá igual, ¿igual a qué, si vemos en él mismo resuelta la razón del cosmos? En él unos ven al mundo natural, otros ven a Dios. Yo veo a un artista. 

IN PRINCIPIO ERAT VERBUM
ET VERBUM ERAT APUD DEUS
ET DEUS ERAT VERBUM


Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. (Juan 1:3)

Será para su Dios o para la gran maquinaria sin ojos, órganos o espíritu, el Leviatán ya advertido, la devoradora de hombres, la moledora de carne, la Bestia apocalíptica de Juan que aún exige devoción y tributo en sangre, de siete cabezas y diez cuernos, y en sus cuernos diez diademas; sobre sus cabezas nombres de blasfemia, ¿igual a qué? A la costa. 
Letras para un tiempo que no las necesita, ¿igual a cuál? Ese es el castigo.

Si alguno tiene oídos, que oiga:

Vida por vida enseña la Tierra.
Vida por vida, vida para vida.
Hombre por hombre 
hombre para hombre 
dice el caníbal y el capitalista.
Letra por letra —escribe— 
letra para letras
pues estas no se comen
sólo suman.

Benditas almas
bendito ingenio
bendita necesidad
bendita memoria.
Aprendimos.



—cantó la tripulación mientras el barco se hundía



Gracias por leernos.

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