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Mostrando las entradas de marzo, 2020

Sabemos demasiado poco para preocuparnos

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Hace mucho que no siento en mi el vértigo que incita a vaciar palabras en un texto, hacía mucho que no sentía el deber de escribir; ¿el deber?, ¿o la inspiración por el mandato de un Dios, como la de Abraham en el Monte Moriah? No importa cuánto se sacrifique, ni qué.    Sabemos que la escritura por sí misma, debería no sólo ser inspirada, sino servir de inspiración para el lector, pero forzar cualquiera de las dos inspiraciones es cuanto más, complicado, cuando lo que se escribe no es especialmente artístico... Desde la fundación de este blog, habíamos buscado la manera de ser profetas, pájaros de augurios, difusores, sí, pero que nuestras palabras fueran más que observaciones; fueran advertencias: Advertir, señalar, negar, y sobre todas las cosas, preocupar. Quizá eramos  — somos — ,  demasiado inocentes, quizá en realidad nunca tuvimos tal responsabilidad, ni tal juicio.  Sé que suena desalentador, pero más que destruir los ánimos, debería edificar.  Aunque hoy especia